Iglesia Evangélica Central Centroamericana "Dios es Amor"
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Viviendo en el Espíritu (La Santidad)

11/13/2017

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IntroducciónHay una necesidad hoy en día de hombres y mujeres íntegros en cada Ministerio de la iglesia. Es necesario entender que aquellos que no son íntegros no agradan a Dios; son personas que no aprecian el propósito de Dios. Las iglesias han de crecer si tienen miembros íntegros.
LA INTEGRIDAD
A través de este tema quiero presentar un panorama acerca de esta característica que debe prevalecer en nuestra congregación para de esta manera poder tener la multiplicación y el crecimiento al cual Dios nos ha llamado. Un hombre o mujer integro(a) es alguien completo, entero, que no le hace falta nada. Alguien que no tiene mezclas (doble animo). Una persona que no tiene mancha moral, alguien que está libre de corrupción, completo "unificado", alguien que tanto sus palabras van juntas con sus acciones. Lo que dice en público, lo dice en privado, lo que hace en público, hace en privado, es aquel que dice soy quien soy donde quiera que este y con quien este (familia, trabajo, iglesia)
ProposiciónEs mi deseo que estudiemos 3 principios en cuanto a la Integridad y que este conocimiento nos lleve a tener una vida transformada por el poder del Espíritu Santo.
Puntos Principales
  1. Influencia
Vemos a la luz de la palabra que para servir a Dios se necesita integridad. Josué en su discurso de despedida exhorta al Pueblo a temed a Dios y servirle íntegramente. Josué 24:14 “Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad...” Esto denota un servicio perfecto con todo nuestro corazón, transparente, ejemplar.
Recordemos que somos la sal de la tierra y la luz del mundo Mateo 5:13,14 “Vosotros sois la sal de la tierra......Vosotros sois la luz del mundo...”, lo que nos obliga a mostrarnos íntegros en toda ocasión, no mostrando apariencia u ocultando nuestras debilidades y faltas; esto no significa ir por todas partes demostrando nuestras debilidades, pero si estar dispuestos a que nos vean tal como somos, lo bueno y lo malo.
¿Qué hace la sal?
a. Preserva (evita que losse corrompan)
b. Da sabor (le da gusto a la comida)
“Pero si la sal pierde su sabor, ¿con que será salada?” Mateo 5:13. Nuestro Señor Jesucristo hace esta pregunta.
¿Qué es la luz?
Es tipo de influencia. La luz del creyente es su influencia. Si andamos en integridad, con nuestros hechos ejercemos influencia a otros. Esta influencia se establece a través de las relaciones.
Los Sicólogos dicen: El hombre es el resultado de su ambiente. La integridad no tiene nada que ver con las circunstancias.
Ejemplo: Dos hermanos que crecieron en un barrio pobre. Uno llego a ser un mafioso y otro un abogado. Dos mujeres abusadas. Una se vuelve una prostituta y la otra no. Una tomó responsabilidad de su vida y decidió hacer lo que debía, y no dejo que las circunstancias influenciaran lo que quería hacer y ser y la otra siguió prostituida por falta de integridad.
  •  2:3 “Y Jehová dijo a Satanás... varón perfecto y recto temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me inclinaste contra el para que lo arruinara sin causa.” 

Vemos que a pesar de las circunstanciasJobguardó su integridad pues esta no depende de nuestras emociones o momentos críticos sino de una convicción de ser perfectos para Dios. Muchos dicen, tomé esa decisión porque me presionaron en el trabajo, fue por tentación que me vino, me vi. obligado a mentir, porque me presionaron, cuando la causa fue su falta de integridad. Tenemos que comenzar a ser íntegros con nosotros mismos tienes que creer en tus propios valores, antes que los demás crean en ellos. El secreto de ser un valiente es ser integro a tu propia conciencia. La valentía no es la ausencia de temor.
Recordemos a aquellos hombres y mujeres que, en medio de las amenazas, hicieron lo que tenían que hacer, prefirieron ser muertos, calumniados, criticados antes de violar su integridad. Daniel 3:18 Sepas. Oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Aquí encontramos otro ejemplo de integridad Sadrac, Mesac y Abed-nego prefirieron ser arrojados en el horno de fuego antes de violar su integridad y de esta manera fallarle a su Dios. La pregunta es: ¿estás dispuesto a morir antes de faltar a tu integridad y fallar a tu Dios?
 
  1. Impedimentos
LA NEGLIGENCIA
Es el posponer las cosas para mañana "El síndrome del mañana" "No cumplir lo que prometemos", haciendo el papel de abogado, fabricando excusas. Ejemplo:
a. Prometer llegar a cierta hora, y llegamos una hora después.
b. Cuando la gente nos pidey prometemos orar y no lo hacemos
c. Cuando pedimos dinero prestado y no lo pagamos.
d. Cuando hacemos votos de servicio y no cumplimos
Ejemplo: En un momento de inspiración la gente dice: "Pastor, cuente conmigo que yo lo ayudo", en ese momento los factores son favorables, después de seis meses, las circunstancias cambian, el trabajo, o tu posición en la iglesia se debilitan y se vuelven inconstantes.
 

Proverbios 13:4 “El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada.”
Proverbios 19:24 “El perezoso mete su mano en el plato y ni aun a su boca la llevará.”
Esfuérzate y se valiente. Se diligente. Levántate más temprano, y ve a trabajar, esfuérzate para que tu matrimonio o tu vida funcione como Dios quiere. Esfuérzate por aprender la Palabra. Esfuérzate por aprender a orar. Esto te hará consistente, unificado, íntegro. Lo que empiezas, debes terminarlo. Alguna vez en nuestra vida cristiana, no hemos sido íntegros, al posponer algo, al sentir pereza, al tener falta de unificación, gracias damos a él por su sangre que nos redime.
  1. Indicadores
1. La integridad produce contentamiento, cuando te sientes completo, unificado. Pero, si eres de doble ánimo, aunque estés en la iglesia no estarás contento, tu mente y tu corazón estarán divididas entre aquí y allá. La frustración viene cuando hay un deseo incompleto, y con ello viene el enojo.
2. La alabanza es hermosa en los íntegros Salmos 33:1 “En los íntegros es hermosa la alabanza.” No estamos divididos, somos cuerpo, alma y espíritu. Todo tu ser le alaba, lo opuesto de eso es hipocresía.
3. Permite morar en la presencia de Dios Salmos 15: 1-2 “Jehová, ¿Quién morará en tu tabernáculo? El que anda en integridad y hace justicia.”
4. Produce confianza Proverbios 10:29 “El camino de Jehová es fortaleza al perfecto; pero destrucción a los que hacen maldad.”
5. Produce dirección, guía Proverbios 11:3 “La integridad de los rectos los encaminará.”
6. Conlleva bendición a nuestra descendencia sobre la tierra. Proverbios 20:7 “Camina en su integridad el justo. Sus hijos son dichosos después de él.”
ConclusiónAmado hermano, lo importante es que usted entienda que Dios nos ha llamado a ser imitadores de él y a vivir una vida recta porque esta acarreará para nosotros mismos bendiciones espirituales. Busquemos caminar conforme a lo que Dios desea para sus hijos.
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Isaías 53

4/8/2015

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El Sacrificio de Cristo en las Profecías del Antiguo Testamento

4/2/2015

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EL CREYENTE Y LAS FINANZAS

9/8/2014

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Dinero es necesario cruel perverso
Que a todo le pone precio
Valores codiciados por los humanos
Mentes rellenas de centavos
Nunca piensan en ser hermanos
Sino rivales monetarios
Muchos seres son asesinados
Por la ambición
Del que nace de la nada
Discrimina hasta su sangre
Olvida hasta quien es su madre
Avaricia siega al que el dinero ama
Preso por una eternidad
Sin  conocer la libertad
De pensar lo que la vida nos da
La sonrisa de felicidad
Cuesta pensar que es una necesidad
Que el pobre todo lo da
Por centavo que en sus bolsillos no están
Escenas  que penas dan
Que de diferentes edades
Son propiedades del dinero
Por diferentes cantidades
Para llevar un pan
Para el hogar
Y desnudes que tapar
Dinero vil metal
Que a toda mente  hace  trastornar.

Poeta Chileno, 2009

El dinero… el vil dinero. Nunca parece alcanzar!!...  ¿Porqué será que tan a menudo nos sentimos así?. ¿Debe vivir el cristiano en esta esclavitud financiera permanente?.  ¿Enseña algo la Palabra de Dios sobre este asunto?
El Señor Jesús enseñó mucho respecto al dinero y a la manera de usarlo correctamente. Nos enseñó que no debemos hacer demasiado énfasis en el, ni tampoco debemos darle poca importancia. En esta tarde queremos revisar algunos de los principios bíblicos que tienen que ver con el dinero y los bienes materiales.


Tres Grandes Principios
Antes de considerar el tema de cómo debe manejar sus finanzas un cristiano, veamos tres grandes principios respecto al dinero y los bienes:

o   Dios es el dueño de todo. El primer gran principio respecto al dinero y a los bienes materiales es éste: Dios es el dueño de todo. La Biblia deja muy en claro que este mundo y todo lo que hay en él, pertenece a Dios. Dios es Quien creó todas las cosas; por lo tanto, todas las cosas le pertenecen. La Biblia dice: ”De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en el habitan” (Salmo 24:1).
Dios es el dueño de todas las cosas que hay en el mundo. Incluso Él lo dice claramente en la Biblia: “Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” (Hageo 2:8).  “Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. . . . Porque mío es el mundo y su plenitud” (Salmo 50:10, 12).
Nunca debemos olvidar que Dios es el verdadero dueño de todas las cosas. Podemos poseer muchas cosas, pero su dueño es Dios. David reconoció a Dios como propietario de todas las cosas. Él dijo: “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos” (1 Crónicas 29:11).

o   Todas las cosas provienen de Dios. El segundo gran principio respecto al dinero y a las posesiones es éste: todas las cosas provienen de Dios. No sólo Dios es el dueño de todas las cosas, sino que todo lo que recibimos proviene de Él. David dijo: “Las riquezas y la gloria provienen de ti” (1 Crónicas 29:12). Podemos ganar dinero trabajando mucho, pero es Dios quien nos da las fuerzas para trabajar. La Biblia nos advierte del peligro de olvidar a Dios y decir en nuestro corazón: “Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza”  (Deuteronomio 8:17). La Palabra de Dios dice: “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas . . .” (Deuteronomio 8:18).

o   Nosotros y todo lo que tenemos pertenece a Dios. El tercer gran principio respecto al dinero y a los bienes es éste: nosotros y todo lo que tenemos pertenece a Dios.
Pertenecemos a Dios por creación. La Biblia dice: “Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado (Salmo 100:3).
También nosotros pertenecemos a Dios por redención. La Biblia dice:  “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:19–20).
Puesto que nosotros mismos pertenecemos a Dios, todo lo que tenemos también le pertenece. David también reconoció este principio. Después de haber dado una ofrenda sumamente costosa para la edificación del templo, dijo:  “Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos” (1 Crónicas 29:14).
Cuando reconozco que todo lo que tengo pertenece a Dios y le entrego todo a Él, me libro de grandes preocupaciones. Todo es propiedad de Dios, no mía, y Él puede cuidarlo mucho mejor que yo.

Lo que la Biblia Enseña Respecto al Dinero
Dios da algunos mandamientos muy claros respecto al dinero y cómo debemos administrarlo. Veamos algunos de ellos.

1.      Apartemos primero nuestras ofrendas y diezmos.
La esclavitud financiera es una trampa de Satanás para quitarle al pueblo de Dios la adoración que debemos tener por medio de nuestras ofrendas y diezmos. Este es el verdadero sentido de la ofrenda: nos debemos presentar ante el Señor con alegría de acuerdo a como hayamos sido prosperados: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado…” (1 Corintios 16:12a).
La libertad financiera consiste en que nuestra confianza está enteramente en el Señor y creemos que él nos proveerá para todas nuestras necesidades. El no participar con nuestras ofrendas y diezmos es una señal de que confiamos más en esa cantidad de dinero para atender nuestras necesidades que en el Dios todopoderoso que nos proporcionó los ingresos.
 
2.      Evitemos el incurrir en deudas.
Dios no quiere que Su pueblo tenga deudas. La Biblia dice: “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros . . .” (Romanos 13:8a).
Cuando nos endeudamos, perdemos parte nuestra libertad. La Biblia dice: “El que toma prestado es siervo del que presta” (Proverbios 22:7). Muchas veces Dios llama a la gente a servirle, pero no pueden hacerlo por causa de sus deudas.

3.      No nos esforcemos por ser ricos.
El amor al dinero ha destruido más gente tal vez que ninguna otra cosa. La Biblia dice: “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).
No tenemos que ser ricos para amar el dinero. Muchas veces los que tienen menos dinero lo aman más. La Biblia nos advierte contra los planes rápidos y fáciles de hacerse rico. Los hombres fraudulentos usan a veces proyectos de “hazte rico pronto” para robarle dinero a la gente confiada. La Biblia dice: “Se apresura a ser rico el avaro, Y no sabe que le ha de venir pobreza” (Proverbios 28:22).


4.      No acumulemos riquezas.
Todo cristiano debe ahorrar algo de lo que gana para tener recursos en caso de emergencias. Pero no debemos acumular dinero. Salomón, el hombre más sabio que ha vivido, dijo: “Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal” (Eclesiastés 5:13).
El Señor Jesús nos insta a hacernos tesoros en el cielo en vez de juntarnos tesoros en la tierra. Él dijo: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo . . . Porque donde esté vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6:19–21).

5.      No hagamos del dinero un dios.
No podemos servir a Dios y, al mismo tiempo, hacer del dinero nuestra meta en la vida. Jesús dijo que es imposible servir a Dios y al dinero. Nuestro Señor dijo: “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lucas 16:13).
La Biblia nos advierte una y otra vez contra el peligro del dinero. Jesús lo llamó “riquezas injustas” porque el dinero es parte del injusto sistema mundial de Satanás y muy a menudo lleva a la gente lejos de Dios. La Biblia dice: “Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición” (1 Timoteo 6:9).
El dinero da a la gente un sentido de poder e importancia, pero no ofrece seguridad verdadera. La Biblia dice: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas . . .” (1 Timoteo 6:17).
En 1921, se juntaron en el Edgewater Hotel de Chicago, nueve de los hombres de negocios más expertos en ganar dinero. Se incluía entre ellos el jefe del monopolio más grande, el especulador más sobresaliente de Wall Street, el presidente de la compañía independiente más grande de acero, el presidente de la empresa eléctrica más grande, el presidente de la compañía más grande de gasolina, el especulador en trigo más grande de los Estados Unidos de América, el presidente de la bolsa de Nueva York, el presidente del Banco Internacional de Liquidaciones y un miembro del Gabinete Presidencial.
Veinticinco años más tarde, ¿dónde estaban estos hombres de fantásticas riquezas y poder?:
Ivar Krueger, jefe del más grande monopolio, se suicidó. Jessie Livermore, el especulador de más éxito de Wall Street, se suicidó. Charles Schwab, presidente de la compañía de acero independiente más grande, murió en bancarrota. Samuel Insull, el presidente de la empresa eléctrica más grande, murió sin un dólar, siendo un fugitivo de la ley, en un país extranjero. Howard Hopson, presidente de la compañía de gasolina más grande, terminó en una institución para enfermos mentales. Arthur Cotton, el máximo especulador en trigo, murió en el extranjero, arruinado. Richard Whitney, presidente del mercado de acciones de Nueva York, fue condenado a la Penitenciaría de Sing Sing, convicto por fraude. Leon Fraser, presidente del Banco Internacional de Liquidaciones, se suicidó. Albert Fall, miembro del gabinete presidencial, fue enviado a prisión por un crimen, y perdonado finalmente de la prisión para que pudiera morir en su casa.
Estos hombres centraron sus vidas en el dinero. Cuando su riqueza se esfumó, no tenían por qué vivir. En vez de poner nuestra confianza en “riquezas inciertas”, debemos poner la confianza “en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1 Timoteo 6:17).

Cómo Manejar el Dinero Sabiamente
Un principio respecto al dinero que se recalca en la Biblia es éste: si somos sabios al manejar pequeñas cantidades de dinero, Dios nos confiará una mayor cantidad. (Ver Mateo 25:14–30.), Veamos algunas maneras prácticas de manejar el dinero sabiamente:


1.      Hagamos un presupuesto.
Hay mucha gente descuidada con su dinero. Lo gastan y dicen: “¿a dónde se me fue?” La manera de evitar esto es tener un presupuesto y llevar el registro de todos los gastos. Cuando manejamos correctamente el dinero, no preguntaremos a donde se fue, sino que lo mandamos a donde debe ir.

2.      Apartemos un dinero para ayudar a otros y para emergencias.
Por poco dinero que recibamos podemos apartar un poco para ayudar a otros que están en necesidades más grandes que las nuestras. Tenemos enseñanza bíblica sobe esto: “no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.” Filipenses 2:4.
En toda familia hay siempre momentos en que las cosas van mal y hay emergencias. Puede ser un gasto inesperado con el auto o algún gasto médico. Ahorrando cada día de pago, algo para emergencias, podemos enfrentar estas cuentas inesperadas sin salirnos del presupuesto.

3.      Evitemos sobrepasarnos en las compras a crédito.
No debemos aceptar la filosofía del mundo de “Compre ahora y pague después”. Cuando el crédito es tan fácil de obtener, es también muy fácil incurrir en tantas deudas que no se pueden hacer los pagos.

4.      Aprendamos a distinguir entre lo que necesitamos y lo que deseamos.
Dios ha prometido suplir todas nuestras necesidades, pero no ha prometido darnos todo lo que deseamos. Debemos distinguir bien entre ambos. Debemos comprar las cosas por su utilidad, no por “presumir” o sólo porque lo deseamos. Santiago 1:5: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”

5.      Evitemos comprar impulsivamente.
Muchas veces vemos algo que queremos y lo compramos antes de considerar si está a nuestro alcance o no. Este error puede evitarse siguiendo “la regla de demorar las compras”.
¿Cuál es esta regla? Es ésta: no hagamos compras de ningún tipo bajo la presión del parloteo de un vendedor. Cuando el vendedor haya terminado su “discurso”, sólo contestemos: “Gracias, lo voy a analizar y si me conviene regreso en uno o dos días”. Esto nos dará tiempo para pensar en la compra y hacer la decisión sin la presión del vendedor.

6.      Paguemos nuestras deudas a tiempo.
El pagar las cuentas pronto honra al Señor y también nos ayuda a tener una buena reputación y buen crédito. Es un buen testimonio para las personas no salvas.


7.      Vivamos de lo que Dios provee.
Dios ha prometido proveernos de todo lo que necesitamos, pero no ha prometido que viviremos en gran abundancia. Cada cristiano debe aprender a subsistir con lo que Dios provee y no vivir impulsado por el deseo de riquezas o de cosas materiales. El apóstol Pablo aprendió a vivir contento ya sea que tuviera poco o mucho. Pablo dijo: “. . . He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente (vivir con casi nada), y sé tener abundancia (vivir cuando tengo mucho) . . .” (Filipenses 4:11–12).

ADVERTENCIA ESPECIAL: Cuidado con servir de fiador (Aval)!
En el libro de Proverbios, Dios nos advierte seis veces en contra de ser “fiador” por las deudas de otra persona. Hoy lo llamamos “aval”. Cuando avalamos la firma de alguien, significa que asumimos la responsabilidad del pago de esa deuda. Si, por alguna razón, la otra persona no paga la deuda, entonces tenemos que pagarla nosotros. Debemos ser muy cuidadosos con este tema y si estamos casados se debe tener discutir y aprobar con nuestro cónyuge. La posición radical es que No deberíamos avalar la firma de otra persona porque Dios nos dice claramente que no lo hagamos.
La Biblia dice: “No seas de aquellos que . . . salen por fiadores de deudas (Proverbios 22:26).
Mucha gente ha aprendido por experiencia que, cuando tratan de ayudar a un amigo avalándolo, acaban por perder a ambos, a su dinero y a su amigo.

Cómo Salir de las Deudas
Un cristiano debe manejar sus finanzas en una forma que honre al Señor Jesús. Tener cuentas vencidas y deudas pendientes es un mal testimonio y una deshonra para el Señor.
Mucha gente que está endeudada piensa que lo que necesita para salir de las deudas es tener mayores entradas y se dejan llevar por enseñanzas “evangélicas” que dicen que Ud. puede hacer un “pacto” (enténdase “Negocio”) con Dios. Pero la solución no es tan sencilla como eso. Algunas personas que tienen poco dinero, se endeudan, y cuando reciben más dinero, se endeudan aún más.
El lograr la libertad financiera requiere una actitud correcta y acciones debidas. Debemos tener un anhelo intenso de vernos libre de deudas. Debemos creer que el ser libre de las deudas está dentro de la voluntad de Dios para nosotros, y todo lo que es la voluntad de Dios para nosotros, puede llegar a ser una realidad en nuestra vida. Los pasos siguientes pueden ayudarnos a lograr la libertad financiera:


1.      Hagamos una lista de nuestras cuentas pendientes y de nuestras deudas.
Por cada deuda, anotemos la compañía, banco o persona a quien le debemos, junto con su dirección y el nombre de la persona con quien debemos hablar respecto a esa deuda, y también la cantidad adeudada. Tengamos cuidado de anotar todas las deudas.

2.      Analicemos nuestro presupuesto.
Hagamos una lista de todos los gastos necesarios en orden de importancia. Enumeremos sólo las cosas que son realmente necesarias. No anotemos cosas de las que podemos privarnos. Determinemos la cantidad que ha quedado después de hacer los gastos imprescindibles. Debemos usar este saldo para pagar las deudas anteriores en una forma periódica.
Recordemos siempre esta verdad: Podemos tener dinero en nuestras manos, pero si le debemos algo a alguien, el dinero que tenemos no es verdaderamente nuestro. Pertenece a la persona a quien le debemos.

3.      Decidamos qué pagos podemos hacer a cada acreedor.
Decidamos pagar a cada acreedor cierta cantidad regularmente, hasta que la deuda esté pagada. Algunas cuentas necesitarán pagos mensuales más grandes que otras. Decidamos el pago máximo que podemos hacer a cada acreedor periódicamente. Una vez que la lista esté hecha, pongamos la fecha a cada deuda indicando cuando pensamos tenerla totalmente cancelada. El plan debería representar un honesto y sincero esfuerzo de nuestra parte para cumplir las obligaciones.
Para que el plan funcione, debemos suprimir cualquier gasto que no sea preciso para vivir. Acabemos con las compras a crédito. Paguemos por las cosas que vayamos comprando. Llevar un registro escrito de todos los gastos, de modo que sepamos exactamente a donde va nuestro dinero.

4.      Presentemos un nuevo plan de pagos.
Hablemos personalmente con cada acreedor. Expliquemos nuestra situación y demos a conocer nuestro plan. Preguntemos si está de acuerdo con la forma en que vamos a pagar la deuda.
Es importante que cumplamos con la palabra y hagamos lo que hemos prometido hacer. Si por cualquier razón nos es imposible hacer un pago a tiempo, no nos olvidemos de notificar al acreedor correspondiente.

5.      Perseveremos en nuestro plan.
Si seguimos el plan empezaremos a salir de deudas. Cada vez que una deuda esté completamente saldada, indiquémolo en la lista. El quedar libre de deudas es de gran valor para nosotros porque estaremos obedeciendo a Dios, y Él nos bendecirá por eso.
Tomemos una decisión: nunca huir nuestras deudas. No es una deshonra endeudarse, pero sí es una deshonra evadir una obligación honesta. Un cristiano jamás puede justificar su falla en no enfrentar honradamente sus obligaciones. Huir de las deudas no sólo es deshonesto, sino que causará también la pérdida del autorespeto, junto con la pérdida del respeto de los demás.

Organizando Correctamente las Prioridades
El hacer dinero no es el propósito de la vida. El mundo mide el éxito de acuerdo a la cantidad de dinero o de posesiones de una persona, pero ésta no es la forma verdadera de medir el éxito. El Señor Jesús dijo:  “. . . porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15).
Jesucristo mismo nos enseñó el camino al verdadero éxito. Es tan sencillo que podemos pasarlo por alto fácilmente. He aquí lo que el Señor dijo: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).
Buscar “primeramente el reino de Dios” significa poner a Dios y sus intereses, primero en nuestra vida. Buscar “su justicia” significa que con todo el corazón debemos tratar de ser lo que Dios quiere que seamos.
Hay algunas cosas muy prácticas por las cuales podemos demostrar que de verdad ponemos a Dios primero en nuestras vidas:
1. Darle a Dios la primera hora de la mañana.
2. Darle a Dios el primer día de cada semana.
3. Darle a Dios la primera parte de todo el dinero que recibimos.
4. Darle a Dios el primer lugar en nuestro hogar.
5. Darle a Dios el primer lugar en nuestras costumbres.
Si ponemos verdaderamente a Dios y sus intereses primero en nuestra vida, tenemos Su promesa de que Él proveerá nuestras necesidades. Si tenemos a Dios y lo que Él provee, tenemos todo lo que realmente necesitamos. Pablo dijo: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1 Timoteo 6:6–8).
Que el manejo de nuestras finanzas personales y familiares sean una forma de glorificar a nuestro Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo. A Él sea la Gloria, La Honra y el Poder por los siglos de los siglos. Amén.
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Josué: Una tremenda conquista por delante

8/12/2014

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Mensaje compartido por el Hno. José Manuel Puerto en la celebración de nuestro 102 aniversario.Mat.28:19,20. Dios nos da la capacidad para hacerlo. Hechos 1:8.

Una de las cosas más tristes que nos pueden pasar es que vayamos por la calle y vemos a una persona y cuando la saludamos nos damos cuenta que no es quien pensábamos.

Josué en algún momento fue confundido con un personaje. Él había nacido en Egipto y allí vio todas las injusticias que se llevaban a cabo en ese lugar. Su padre le nombró Oseas, que significa “Jehová trae salvación”. Josué pudo ver la salida milagrosa de Israel de Egipto. Pudo ver el Mar Rojo partirse en dos, el maná, estuvo con Moisés en el Monte, cuando Dios le dio los 10 mandamientos, y en el momento cuando estaban por entrar a la Tierra Prometida Jehová le dijo a Moisés que ungiera a Josué pues él habría de meter al pueblo a esa tierra. Vivió tiempos muy difíciles, al igual que los momentos que vivimos el día de hoy.

Josué pasó junto al pueblo el Río Jordán, llegaron a Gilgal, donde circuncidó a todo el pueblo que había nacido en el desierto y ahora se preparaba a conquistar la tierra. Josué ahora se preguntaba: ¿Cómo habría de conquistarla? Él había estado allí 40 años atrás y había visto la tierra y los muros de los pueblos. Pero él agarró fuerzas en el Señor para hacer lo que Dios le mandó que hiciera. El día de hoy tenemos el mismo reto, y nosotros nos preguntamos ¿Cómo habremos de hacerlo?  Ap. 21:8. Los cobardes estarán alejados de Dios.

El día de hoy podemos ver que el mundo nos ha ganado la carrera y que Satanás ha ganado en muchos ámbitos van delante de nosotros.

Josué 5:13-15. Josué andaba cerca de Jericó y allí se estaba preparándose mentalmente y espiritualmente. Tal vez Josué se preguntaba ¿Cómo habría de entregarle Dios esa ciudad y toda la tierra? Estaba meditando, pues andaba solo. Mientras pasaba esto, la Palabra de Dios nos dice: “alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él,  el cual tenía una espada desenvainada en su mano”. Si hubiéramos sido nosotros lo más probable es que hubiéramos salido corriendo, pero la Palabra de Dios nos dice: “Y Josué,  yendo hacia él”. Josué era una persona y un soldado valiente. Y le pregunta: “¿Eres de los nuestros,  o de nuestros enemigos?” Si eres de los nuestros bienvenido, pero si eres enemigo, allí te voy. Pero recibe una respuesta ambigua: “No;  mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora.” Era justamente Jesucristo pre-encarnado. Él no estaba ante cualquier persona, estaba ante una persona especial.

Nosotros queremos muchas veces que las iglesias estén llenas, pero muchas veces queremos que Dios lo haga todo. Si queremos ver Iglesias grandes y florecientes tenemos que trabajar. Las iglesias no se llenan por sí mismas, pero esto solamente pasa si los hijos de Dios trabajan. Dios tenía el poder para poder mandar una peste y arrasar toda la gente o mandar unos 4 ángeles para matar a todos. Si queremos una iglesia grande y floreciente tenemos que trabajar, pagar el precio.

El v.14 nos dice que él era el Príncipe del Ejército de Jehová. Yo soy grande, no pertenezco a esta creación, soy un ser extraordinario. Cristo siempre ha sido diferente a todos.

Inmediatamente, “Entonces Josué,  postrándose sobre su rostro en tierra”, se quedo postrado con la frente en el suelo, reconociendo la grandeza de éste Príncipe. ¿Cuál es nuestra actitud ante Dios? Hay algunos por allí que creen que pueden comprar milagros de Dios, o darle órdenes a Dios. Dios es Dios y nadie le puede dar órdenes, nadie lo puede comprar. Jesús fue exaltado hasta lo sumo (no hay nadie encima de él). Para que en su Nombre se doble toda rodilla. Él es el Rey del Universo. No podemos estar de pie delante del Señor. El profeta dijo: “Ay de mi porque han visto mis ojos a Jehová de los ejércitos”. ¿Cuál era el problema de los fariseos? Sus actitudes, malas, soberbios, rencorosos, inclusive asesinos porque ellos mataron a Jesús. ¿Qué les dijo Jesús? Que los publicanos y las prostitutas iban primero que ellos al Cielo, porque ellos escucharon y creyeron.

Luego dice la Palabra: “le adoró”. Adorar a Dios no es venir a cantar, es rendir nuestras vidas al Señor las 24 horas del día. Es amar a tu esposa, cuidar a tus hijos, es ser fiel en tu trabajo. Lo demás es pura hipocresía y religiosidad.

“y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?” Él reconoce su posición y la posición del Señor. ¿Somos fieles en lo que hacemos en el lugar donde Dios nos ha puesto?

“Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo.” El mensaje era ese. Tal vez Josué estaba pensando que le iba a decir algo más grandioso.

“Y Josué así lo hizo.” Obediencia. ¿Sabes cómo vas a conquistar a Jericó, Josué? Josué 6:1-16. Un plan grande, pero debía de obedecer en lo pequeño (quitar el calzado de sus pies) primero. ¿Estamos leyendo la Palabra todos los días? ¿Estamos orando todos los días? ¿Estamos compartiendo la Palabra de Dios todos los días? Debemos ser fieles en lo poco, en lo elemental, pues si no lo hacemos en lo elemental, ¿Cómo haremos cosas grandes?

¿Queremos conquistar Tegucigalpa?  Tu Iglesia no es 4 paredes, Iglesia es donde quiera que estés. Estamos aquí para conquistar a Tegucigalpa para Cristo. No se puede con gente que solamente se conforme a venir a cantar y a escuchar, pero no hacen nada por ganar a otros para Cristo.

¿Podría Dios traernos a todos aquí y que todos escuchen la Palabra de Dios? Si lo puede hacer, pero no lo hará si nosotros no hacemos lo que debemos de hacer y trabajemos para su gloria y honra. 
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Predicación del Día Jueves de la Semana Santa

4/17/2014

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Renovación Espiritual

1/14/2014

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Mensaje del 12 de enero de 2014

Hno. Orlando Bulnes.

Renovación. Entre los grupos católicos existe un grupo que se llama renovación carismática, buscando la renovación.

Definición: Hacer algo que ya está hecho, pero hacerlo como si fuera nuevo. Restablecer una relación que posiblemente se había afectado.

Col. 3:7-19. Pablo nos llama a no afanarnos por las cosas de esta vida. Existen momentos en los cuales nos enfrascamos en cosas que no deberían ser las prioridades para el creyente. Este año se vaticina un año terrible, tanto económicamente como en otras áreas. El gran problema del hombre es estar tan preocupado por cosas que le pueden ocurrir, pero que no ocurren. Tampoco se puede decir que lo que nos pasa no es fácil. Realmente nosotros no dependemos de las circunstancias, sino en Dios. Muchas veces estamos tan enfocados en este mundo que nos volvemos negativos en lugar de estar confiado.

El concepto de “viejo hombre” en Col. 3:9 pertenece a este mundo. Este mundo no es bueno, y no podemos pretender que este mundo mejorará. En medio de las necesidades y de los problemas, Pablo decía que estaba preparado para ello. Esto se debe a la capacidad que Dios da para ello. El “viejo hombre” se repite en varios pasajes por el mismo Pablo. Siempre se vincula con la naturaleza pecaminosa del humano, que no ha sido quitado en nuestras vidas, sino que está latente.

También se menciona el “nuevo hombre” v.10, que es contrario al anterior, y es aquel que nos hace ver que hemos sido renovado por la obra renovadora del Espíritu Santo. La renovación, como dijimos, es hacer algo que ya estaba hecho, como si fuera algo nuevo. Dios no nos cambió totalmente, sino que vamos cambiando progresivamente. No existe un cristiano renovado instantáneamente. Dios nunca produjo siervos renovados instantáneos. Es un proceso, muchas veces difícil.

Pablo, teniendo fama en su tiempo antes de conocer al Señor, siendo instruido a los pies de Gamaliel (una eminencia en la ley hebrea). Esto no le dio ninguna diferencia en cuanto a cómo obró Dios en él. Dios trabajó en la vida de Pablo, fue un proceso. Pablo mismo lo dijo: “No que lo haya alcanzado ya,  ni que ya sea perfecto;  sino que prosigo,  por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.” (Flp 3:12)

Pablo nos llama a renovar nuestra mente: “y renovaos en el espíritu de vuestra mente,” (Efe 4:23). El primer paso para poder renovarnos es nuestra mente de las influencias de este mundo y de nuestra propia concupiscencia.

Romanos 7:15-25. Pablo habla de dos naturalezas, como si en nosotros hubiera 2 personas. Uno que desea continuamente el mal, el pecado. La otra persona es la que Dios ha depositado en nosotros.  Pablo llega a una conclusión: “¡Miserable de mí!  ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Rom 7:24). ¿Tiene usted ese conflicto? Si lo niega está mintiendo. El ser humano natural se opone a Cristo.

¿Cómo renovamos nuestra mente? El hombre es lo que se alimenta. ¿De qué nos estamos llenando? ¿De qué estamos saturando nuestra mente? Necesitamos oír la voz de Dios. Muchas veces nos equivocamos y escuchamos más la voz del mundo. La voluntad de Dios es que nos renovemos, comenzando por nuestra mente.

¿Cómo se puede llevar a cabo la renovación? No existe un programa ni un plan para seguir al pie de la letra. ¿Por qué no estamos siendo renovados? Por estar enfrascados en cosas de la vida. Dios nunca nos va a imponer cambios en nuestras vidas.

“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira,  enojo,  malicia,  blasfemia,  palabras deshonestas de vuestra boca.” (Col 3:8). El versículo 12 nos llama a vestirnos, que es ponerse algo encima. Vestirnos como escogidos de Dios se explica en las palabras subsiguientes: “santos y amados,  de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.” Misericordia es ponerse en los pies de los demás. ¡Cuánta misericordia nos hace falta! La palabra “soportándoos” se repite varias veces en este pasaje. ¿Existirá este problema en medio de los hermanos, en el cual hay personas que no pueden soportar a otra persona? ¿Existirán quejas entre los hermanos? El perdón es una de las acciones más difíciles que existe. Debemos de aprender a perdonar y olvidar. ¡Qué bueno que Dios no nos vive recordando de donde nos sacó! No lo hagamos nosotros.

Debemos vestirnos con amor (v.14). Cuando mostramos amor trae como consecuencia la paz de Dios (v.15). Muchas veces no tenemos paz, sino conflicto, debido a que no nos estamos vistiendo de estas cosas. También nos llama a ser agradecidos, sabiendo que lo que tenemos es porque Dios nos lo ha dado, no porque nosotros lo merezcamos, sino porque Dios en su infinita misericordia, nos lo ha dado. Agradecer es aquella actitud al ver que no merecemos lo que Dios nos ha dado.  No debemos esperar a que nos pasen cosas espectaculares en nuestras vidas para ser agradecidos. Debemos ser agradecidos. Dios se glorifica en las cosas sencillas de nuestras vidas: tener una familia, un trabajo, salud, etc.

El v.16 nos menciona que debe existir abundancia de las palabras de Cristo en nosotros. Esto nos llevará a cantar con salmos, himnos y cánticos espirituales.





Renovarnos es ser sensible a la voz de Dios, de mis hermanos en Cristo, de mi familia, aun de personas inconversas, a las cuales podemos ser de influencia. No nos dejemos guiar por los malos augurios que trae este año, sino en la palabra de Dios. La lucha y las pruebas son la escuela de Dios y va a permitir que venga a nuestra vida para que aprendamos a escuchar la voz de Dios en medio de tanto murmullo en este mundo. 
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Las 17 Palabras de la Navidad

12/23/2013

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Este día es acerca de las más grandiosas palabras que jamás se han escuchado en la Tierra, dirigidas hacia la humanidad. Son increíbles, la historia más asombrosas jamás.

Lucas 2:1-9. Pongámonos en su lugar. ¿Qué hubiésemos sentido? Obviamente tendríamos que habernos sentido con temor, al igual que ellos. Estas personas eran pastores, lo más bajo de la sociedad, los que ni siquiera podían entrar a adorar en el templo porque eran religiosamente impuros por su trabajo. A ellos se les apareció un ángel, no sabemos su estatura, si era de 2 metros o 20 metros, pero la gloria de Dios les alumbra y ellos están temblando en sus ropas.

La expresión típica de los ángeles cuando se les aparecen a las personas: No temáis. A lo cual yo hubiese respondido si hubiese sido uno de los pastores en esa noche: ¿Y por qué no?

“porque he aquí os doy nuevas de gran gozo,  que será para todo el pueblo:” ¡Qué gran expresión de introducción! Y eso es exactamente lo que queremos compartir a todos en este día tan especial. Es algo tan espectacular y sobrenatural, que trae tanto gozo a cada persona en particular.

Y este era el mensaje: “que os ha nacido hoy,  en la ciudad de David,  un Salvador,  que es CRISTO el Señor.”

“Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales,  acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales,  que alababan a Dios,  y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz,  buena voluntad para con los hombres! Sucedió que cuando los ángeles su fueron de ellos al cielo,  los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos,  pues,  hasta Belén,  y veamos esto que ha sucedido,  y que el Señor nos ha manifestado.”  ¡Qué buena reacción la que tuvieron al anuncio! Obviamente fueron a ver lo que el ángel les había comunicado.

“Y al verlo,  dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron,  se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas,  meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto,  como se les había dicho.” (Luc 2:17-20)

¡Qué lindo! Quiero decirles que me encanta la época de Navidad, el hecho de dar y recibir regalos, pero quiero decirles que este es el corazón de la Navidad, acá en este pasaje, y este día es todo lo que necesitamos. Es todo lo que se necesito escuchar hace alrededor de 100 años a través de la radio, justamente las palabras que acabamos de leer. Un hombre llamado Reginald Fessenden inventó la radio en AM. Al principio solamente se podía compartir código Morse a través de la radio, y eso era algo muy importante en ese tiempo. Él era uno de los inventores más sobresalientes que trabajó con Thomas Alba Edison. Y a través del Océano Atlántico todos los barcos podían escuchar el tap tap del Código Morse. Luego este mismo transmitió un mensaje transatlántico, pero en las vísperas de Navidad del año 1906, a través de experimentos se dio cuenta que podía transmitir voz humana. Así que sin nada de promoción en las vísperas de Navidad de 1906 Reginald Fessenden abrió su Biblia en las mismas páginas que en este día estamos leyendo, y leyendo en Lucas 2, estas fueron las primeras palabras dichas a través de la radio. Imagínense estar en algún lugar del Océano Atlántico escuchando el tap tap del Código Morse y de repente escuchar una voz. Tal vez miraríamos a la caja de la radio asombrados transmitiéndonos noticias de gran gozo para todas las personas y fue así en en esa noche en Belén, pero también en el día de hoy.

No sé si usted sabe, pero al finalizar el Antiguo Testamento encontramos una página que separa el Antiguo Testamento del Nuevo, comenzando con la historia de Navidad y pasa todo tan rápido, pero en la historia no ocurrió así. Por la historia sabemos que hubo 400 años de silencio entre el Antiguo Testamento y el Nuevo. 400 años en los cuales no hubo profetas, no hubo voz de Dios, no hubo “Así ha dicho el Señor”, no hubo absolutamente nada, completo silencio de parte de Dios a su gente. Este era el pueblo del cual Dios dijo: Ustedes son mis escogidos, y yo soy su Dios. Y ahora por 400 años Dios ha permanecido en silencio. Yo no sé ustedes, pero cuando una persona a la cual amo no me habla por 4 días, yo me comienzo a preguntar que está pensando. Imagínense a un niño preguntándole al papá: ¿Has escuchado algo de Dios? No, hijo. No he escuchado nada de Dios. ¿Y tu papá? No hijo, nada. ¿Y tu abuelo? No, hijo. No lo hizo. ¿Y tu bisabuelo? No hijo, nada. Podríamos comenzar a preguntarnos qué pasó con Dios. Los esposos saben que sucede cuando la esposa se enoja, ¿verdad? La ley del silencio. J

Pero en medio del silencio escuchamos el sonido más hermoso de todos. Era un bebé llorando que rompió el silencio de 400 años. No se ustedes, pero yo hubiese pensado que si Dios habría de romper el silencio lo haría con una charla majestuosa, que dejaría de lado toda las demás oratorias que pudiésemos pensar, pero Dios prefirió romper el silencio con un pequeño niño llorando. Era Dios mismo viniendo como hombre, como un bebé llorando. Tal vez representando a la humanidad en ese tiempo, llorando, desconsolados, en dolor, y quiero que sepan que me identifico con su sufrimiento, con su dolor, con tu preocupación. El primer sonido de parte de Dios en 400 años fue un llanto. Emanuel, Dios con nosotros.

Así que están en Belén, llegaron tarde, no había lugar que se quedasen y se encontraban en una nube de escándalo. ¿Entienden que estaban en una nube de escándalo? Ellos estaban desposados, ella está embarazada, y su historia era algo increíble. Su historia es: “Si, es cierto, María está embarazada, y así sucedieron las cosas: El Espíritu Santo vino sobre María en la noche y ella concibió de él, y nuestra relación es pura.” Para nosotros que conocemos la historia no tenemos problema, pero póngase a pensar en lo que pensarían las personas que escuchaban esto en ese tiempo. Tal vez la gente diría: “Ah sí. Qué bueno.” Pero en cuanto caminaran tal vez pensarían otra cosa.

Así que están bajo la mirada de todos. El deseo de ellos era formar una nueva familia y seguir sus aspiraciones, pero ya todo había cambiado. No tenían lugar para ellos. Y por cierto, lo más probable es que el lugar donde se quedaron no era como los que nosotros vemos en el mall o en las casas. Probablemente era una cueva, en algún lugar en las afueras de Belén, donde los animales buscaban refugio en medio de la tormenta. Y tal vez alguien les dijo: “Lo siento por tu esposa y su embarazo, pero hay un lugar donde los animales buscan refugio, si quieren pueden quedarse allí.”

Así que es en la noche, están fuera de su ciudad y su casa, bajo una nube de escándalo, y ahora están en medio de la noche, solos. Y no lo sé, pero me imagino que había una oración en la mente de María en esa noche. ¿Qué piensan que ella estaba orando en esa noche? Una sola cosa: Dios eterno que estás en los cielos, por favor, no dejes que este bebé nazca acá. Ahora yo entendería porque el bebé debía nacer en ese momento. Acababa de venir sobre un burro desde Nazaret a Belén. Si usted está embarazada y su hijo no quiere nacer en la fecha que le toca, pruebe esto: móntese en un burro y vaya desde acá hasta Siguatepeque, a ver si eso no acelera las cosas. Ella tal vez oraba: Querido Dios, por favor, déjame regresar a mi casa, con mi mamá, solo que aquí no. Y en esa noche ella rompió fuente, y su bebé nació, en la que podríamos considerar fue la peor noche de sus vidas. Jesús vino. No había nada perfecto en esa noche, excepto el bebé y el mensaje que de los ángeles a los pastores. Las 17 palabras de la Navidad: “que os ha nacido hoy,  en la ciudad de David,  un Salvador,  que es CRISTO el Señor.” Las 17 palabras de Navidad pueden cambiar cualquier cosa. Un Salvador ha nacido hoy para ti, y él es Cristo el Señor.

Gracias a Dios que el mensaje de Navidad no son: Hay un gran Dios, un gran anuncio, es para todos, y si realmente tratas puedes alcanzarlo. No, no los ángeles dijeron: él ha venido a ustedes, el Salvador os ha nacido. Él es Cristo el Señor. Emanuel, Dios con nosotros ahora. Me encanta como lo dice Juan 1:1-4 “En el principio era el Verbo,  y el Verbo era con Dios,  y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas,  y sin él nada de lo que ha sido hecho,  fue hecho. En él estaba la vida,  y la vida era la luz de los hombres.” Jesús es la expresión máxima de Dios, así que todo lo que Dios tenía que decir, después de 400 años de silencio, se podría resumir en la persona de Cristo.

V.14: “Y aquel Verbo fue hecho carne,  y habitó entre nosotros  (y vimos su gloria,  gloria como del unigénito del Padre),  lleno de gracia y de verdad.”

Las circunstancias e nuestras vidas en esta Navidad, tal vez la primera Navidad con cáncer, u otra dificultad física que está viviendo, tal vez este año perdió a alguien que amaba mucho. Algunos será la primera Navidad como recién casados, y no hay nada como eso, o tal vez esta sea la primera Navidad que alguien a quien amaba le dijo que ya no quería estar más como usted, y se fue. Otras personas pasaran su Navidad con un padre y el Año Nuevo con la madre o viceversa.  Tal vez Dios no está contestando sus oraciones como usted quiere, así como la oración de María no fue contestada como ella quería en esa noche, pero quiero que sepa que Dios está obrando de una manera maravillosa, así como lo hizo aquella noche allá en Belén.

Juan dijo que Jesús había venido lleno de gracia y de verdad. Debía de hacerlo, para poder venir a un mundo vacío. Reginald Fessenden tocó Santa la Noche después de haber leído Lucas 2.

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“El Príncipe que ha de Venir”

11/4/2013

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(El Anticristo)

Daniel 9:26,27; I Juan 2:18-28; Apocalipsis 6:2; II Tesalonicenses 2:3-12

Introducción: Así como Jesucristo es la manifestación expresa del Dios invisible, el Anticristo ha de ser la encarnación del mismo Satanás.

La humanidad jamás ha conocido un líder político que reúna en si mismo las cualidades de este personaje. Su poder, prominencia, magnetismo personal, orgullo, demagogia, rudeza y blasfemia serán paralelos en la historia de la humanidad. La Biblia tiene mucho que decirnos tocante a este tema. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento existe un número consistente y considerable de referencias acerca de este engendro de Satanás, y por ello es de suma importancia que el pueblo  de Dios esté familiarizado con estas enseñanzas. Como ya sabemos, el escenario mundial parece estar preparándose para recibir a quien será el más notorio de los dictadores mundiales.

La expresión “anticristo” aparece solo en el Nuevo Testamento. (I Juan 2:18,22; 4:3; 2 Juan 7).

En el griego del Nuevo Testamento el prefijo anti se antepone a la palabra Cristo, tiene doble connotación: 1) en contra de; 2) en lugar de.

Este personaje hará una aparición de manera dramática en el momento justo de la historia con un encanto y carisma hipnótico. Surgirá de un mundo en confusión.

1.       Su Procedencia

a.       Su procedencia social

                                                               i.      Surge del mar de naciones (Apoc. 13:1; 17:15)

                                                             ii.      Implica caos y confusión (Isaías 57:20,21)

b.      Su procedencia geográfica (Daniel 7:8,24; 9:26)

                                                               i.      Es el cuerno pequeño de la cuarta bestia (El Imperio Romano) (Daniel 7:8,24,26)

                                                             ii.      El príncipe que ha de venir (Daniel 9:26)

c.       Su procedencia espiritual

                                                               i.      Es la simiente de Satanás (Génesis 3:15)

                                                             ii.      Surgirá del abismo (Apoc. 11:7)

                                                            iii.      Su poder es satánico (II Tes. 2:9, Apoc. 13:4)

2.       Su Plan

a.       Una sola economía mundial

                                                               i.      Una economía sin dinero en efectivo (Apoc. 13:16,17)

                                                             ii.      La Unión Europea ya está usando un solo sistema monetario; el Euro.

                                                            iii.      Una economía bien controlada (Apoc. 13:16,17)

b.      Un nuevo Orden Mundial

Nunca en la historia ha existido un gobierno que domine el mundo.

                                                               i.      El Anticristo será un político extremadamente hábil.

                                                             ii.      Tendrá una gran sagacidad y poder para que lo sigan (Daniel 7:8; 8:25; Apoc. 13:4)

                                                            iii.      Establecerá un solo gobierno mundial

c.       Un sola religión mundial (Apoc. 17:1-6)

                                                               i.      Exigirá que se le adore en lugar de Dios (Apoc. 13:15; 2 Tes. 2:4)

                                                             ii.      Le adorarán todos los que han rechazado la verdad (2 Tes. 2:10-12, Apoc. 13:8)

                                                            iii.      Romperá el pacto con Israel y se sentará en el templo de Dios. (Daniel 9:27; 2 Tes. 2:4; compare con Mateo 24:15).

3.       Su Presencia

Así como un día habrá una manifestación visible de Cristo, también habrá una manifestación del Hombre de Pecado, el anticristo.

a.       Después del arrebatamiento de la Iglesia (2 Tes. 2:1-7)

b.      Su comienzo – insignificante “el cuerno pequeño” (Dan. 7:8)

Empezará en forma insignificante como Alejandro, Napoleón, Hitler, Stalin y otros.

c.       Su convenio

                                                               i.      Paz mundial (1 Tes. 5:2,3; Apoc. 6:1,2)

Imitando a Cristo (Zac. 9:9,10)

                                                             ii.      Pacto con Israel (Daniel 9:24-27)

4.       Su Perdición

Una de las verdades más obvias enseñadas en la Palabra de Dios, es que el mal no triunfará al final.

a.       El comienzo del juicio (Daniel 7:8,9; 24-26)

                                                               i.      Al surgir el Anticristo (Daniel 7:9)

                                                             ii.      Al sufrir sus seguidores (Apoc. 14:9-12; 16:1-10)

                                                            iii.      Al sufrir su sistema (Apoc. 18:10,17,19)

b.      Su culminación del juicio

                                                               i.      Su proceder (Daniel 7:25; 11:36)

                                                             ii.      Su persecución (Daniel 7:25; Apoc. 13:16,17)

                                                            iii.      Su pretensión (Apoc. 17:14)

                                                           iv.      Su perdición

1.       Derrotado por el Señor (2 Tes. 2:8, Apoc. 19:14-16)

2.       Destinado al fuego eterno (Daniel 11:45; Apoc. 19:20)

Conclusión El esfuerzo satánico para subvertir los propósitos de Dios, tendrá un rotundo fracaso. El conflicto entre el Dios Todopoderoso y Satanás que a través de los siglos ha afectado profundamente la raza humana, tendrá su fin. Satanás, sus ángeles y el Anticristo, serán confinados eternamente  al lago de fuego.

La justicia de Dios será reivindicada y Jesucristo reinará eternamente, y con Él todos sus redimidos. La enseñanza clara de la Biblia, es que el mal no triunfará.

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Adoración y Obediencia

7/28/2013

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En este mes hemos estado reflexionando acerca de la adoración. Hace 7 días el Hno. Alejandro nos habló sobre el ejemplo del rey Ezequías, quien a una edad temprana, 25 años, asumió el trono de Judá y realizó cambios en la nación para buscar el rostro de Dios. Vimos que el quebrantamiento de la mente y el corazón, aplicado inicialmente al individuo y luego a la nación entera, es un requisito ineludible para una adoración efectiva

En esta tarde queremos meditar sobre el quebrantamiento de la voluntad como otro requisito para adorar a Dios “en espíritu y en verdad”.  Si nosotros no quebrantamos nuestra voluntad y somos obedientes a Dios y a su palabra estamos en condición de pecado.

Sabe una cosa: El pecado es todo aquello que nosotros hacemos ó pensamos que va en contra del carácter Santo de Dios. No podemos dejar de enfatizar en nuestro propio pecado si en realidad queremos adorar en espíritu y en verdad.

Para iniciar, vamos a ir a Romanos 6:15-18 que dice:

Romanos 6:15-18: “¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.”

De acuerdo a este pasaje, uno es siervo de aquel a quien se obedece, con dos posibilidades disponibles: ya sea, obedeciendo al pecado, siendo esclavo del pecado u obedecer de corazón a Dios, siendo siervo de la justicia. En otras palabras, no importa qué tan activos estemos en actividades religiosas, lo que importa es qué tan OBEDIENTES le somos a Él; porque es nuestra obediencia y al que obedecemos lo que determina al que en realidad servimos. Como en Santiago 4:7-8 dice:

Santiago 4: 7-8: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.”

Necesitamos acercarnos a Dios, para que Él se acerque a nosotros. No podemos servirle a distancia, sin conocerle. Solo podemos servir al que obedecemos y a quien nos sometemos. Como dice en Filipenses 2:5-11

Filipenses 2:5-11: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

El mismo sentir que estaba en Jesucristo debe estar también en nosotros. ¿Cuál es ese sentir? EL OBEDECER A DIOS, EL SENTIR DE QUE OBEDECIENDO A DIOS NI SIQUIERA SE NEGÓ A MORIR EN LA CRUZ. Ese era el sentir en Getsemaní:

Mateo 26:36-39, 42: “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.”

El sentir de Jesucristo, la actitud de obedecer al Padre, era “NO SEA COMO YO QUIERO SINO COMO TÚ” Ese es el sentir que nos dice la Palabra de Dios que debemos de tener. No como nosotros queramos, sino como Dios quiere. Es fácil ser obediente cuando todo va por el camino que queremos. Cuando Dios nos da el deseo de nuestro corazón, lo recibimos con mucha alegría. Sin embargo, ¿qué hacemos cuando las cosas no suceden así? ¿Cómo reaccionamos cuando los planes del Señor parecen diferir de los nuestros? Ahí está la diferencia entre el ser obediente y desobediente.

En tiempos felices, ambos reaccionarán igual. La felicidad, no es lo que causa la caída de la gente de la segunda categoría de la parábola del sembrador. De lo contrario, como Jesús dijo: “reciben la Palabra CON GOZO” (Lucas 8:13). Pero este no perdura. En la primer tribulación, caen (Mateo 13:21, Lucas 8:13). Cuando lo que Dios quiere para nosotros no es lo que nosotros quisiéramos, la voluntad desobediente huirá, mientras que la obediente permanecerá, diciendo: “si no….. hágase tu voluntad”.

1. La obediencia a Dios es mejor que el sacrificio

En 1 de Samuel viene una historia bien conocida: la historia del levantamiento y caída de Saúl en el pueblo de Israel. Saúl fue escogido por Dios para ser el primer rey de Israel. En el principio, era “humilde”. De hecho, en el día de su proclamación como rey de Israel se escondía de la gente (1 Samuel 10:22). Sin embargo, su “humildad” no duró mucho. Pronto se convirtió en orgullo y precipitación por actuar conducido por el pueblo, en lugar de someterse al Señor.

En 1 de Samuel 13 vemos su primera rebelión: Saúl y el pueblo esperaron a que Samuel viniera para el sacrificio, mientras que los filisteos estaban listos para pelear al otro lado. Samuel llegó tarde. Viendo esto, Saúl hizo lo que no debió haber hecho: ofreció él mismo el sacrificio. El obediente espera a Dios y guarda Sus mandamientos, no importándole lo que cueste. Por otra parte, el desobediente es obediente mientras las cosas marchen bien.

No obstante, cuando las cosas cambian, entonces las toma en sus propias manos haciendo lo que a su propio juicio considera pertinente. Piensa que ha esperado mucho y que al final del día tiene que hacer algo. Samuel llegó exactamente cuándo Saúl había terminado el sacrificio. Sin embargo, no le traía buenas noticias.

1 de Samuel 13:13-14: “Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.”

Probablemente, esta fue la prueba crítica de Saúl. Si la pasaba, si obedecía al Señor y su mandamiento, su reino sería establecido. Pero como no obedeció, su reino se iba a perder. Como Samuel le dijo: “pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero”.

No importa que tan “espiritual” creamos que estamos haciendo las cosas. No importa que ofrezcamos ofrendas y/o sacrificios que de acuerdo a nuestro criterio van a agradar a Dios. No importa que tan racional nos parezca determinada acción en relación a nuestra adoración a Dios. Lo realmente importante es si estamos dentro de la voluntad de Dios, y no podemos estar dentro de la voluntad de Dios si no la conocemos. 

Iglesia Central: Si no buscamos conocer la voluntad de Dios, no estamos tratando de conocer al Dios que se manifiesta en la Biblia, y si no  estanos tratando de conocer a ese Dios, entonces nos encontramos con que estamos adorando a un dios diferente, a un dios que es producto de nuestro pensamiento y eso la palabra de Dios nos dice que es pecado de idolatría.

Obviamente, Saúl no pasó la prueba de obediencia a Dios. Cuando vio que Samuel no llegaba, abandonó el mandamiento del Señor para hacer lo suyo. Después lo vemos repitiendo el mismo pecado. En 1 de Samuel 15:1-3 leemos:

1 de Samuel 15:1-3: “Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.”

Dios le ordenó a Saúl que destruyera a Amalec completamente. Los versos 7-9 nos dicen lo que finalmente hizo:

1 de Samuel 15:7-9: “Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto. Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada. Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.”

A pesar del hecho de que Dios le había dicho muy claro a Saúl que tenía que destruir completamente a Amalec, no llevó a cabo Su mandamiento, o más precisamente, lo ejecutó solamente hasta el punto donde mejor le parecía a él y al pueblo. Así que destruyeron lo que les parecía más despreciable, pero salvaron LO QUE CONSIDERARON MÁS CONVENIENTE. Sin embargo, eso no es obedecer. Obedecer a Dios no significa el hacer Su voluntad parcialmente, hasta el grado donde te guste más. Sino que es hacer lo que Dios te ha ordenado exacta y completamente. Como en Jeremías 48:10 dice:

Jeremías 48:10: “Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su espada.”

Obediencia es hacer lo que Dios ha ordenado a través de Su Palabra escrita. El llegar al grado de hacer algo que Dios no ha dicho, nos hace desobedientes, aunque eso que hagamos sea en el nombre del Señor. El Señor no quiere que nos ocupemos en hacer nuestras cosas para Él. Más bien, quiere que seamos siervos OBEDIENTES, trabajando EXACTAMENTE en lo que nos ha ordenado hacer. Saúl y su gente hicieron el trabajo del Señor negligentemente. De acuerdo a él, no tenían malas intenciones. Como dijo después: “Mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, las primicias del anatema, para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal.” (1 Samuel 15:21). El pueblo quería hacer sacrificios, PERO NO QUERÍAN OBEDECER. Como Samuel dijo:

1 Samuel 15:22-23: “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.  Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.”

No importa cuántos sacrificios hagas para el Señor. Lo que importa es qué tan OBEDIENTE eres. Los sacrificios agradables a Él son solo los que Él mismo ha ordenado. El servicio genuino solo puede ser el QUE EL SEÑOR HA ORDENADO. Todo lo demás, aunque este hecho en Su nombre, es desobediencia, una acción dirigida por la vieja naturaleza bajo la apariencia de la nueva. Como Jesucristo dijo:

Juan 7:16-18: “Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, éste es verdadero, y no hay en él injusticia.”

Saúl buscaba agradar a los hombres. Les daba más importancia a ellos y a su opinión que a la opinión de Dios. Después, cuando admitió su pecado, lo que tenía miedo de perder no era su relación con Dios sino su honor frente al pueblo: “Luego [Saúl] dijo: “He pecado; hónrenme ahora, por favor, ante los ancianos de mi pueblo y ante Israel, y vuelvan conmigo…” David, el sucesor de Saúl, también cometió adulterio y asesinato. Sin embargo, cuando Natán lo confrontó (2 Samuel 12:1-14), lo que le preocupaba, no era su trono sino su relación con Dios (Salmo 51). Es por eso que David, buscando la restauración de su relación con Dios, fue perdonado, mientras que Saúl buscando restauración del trono, fue rechazado.

2. El ejemplo de Abraham

Un ejemplo totalmente contrario al de Saúl es el ejemplo de Abraham. Probablemente ya nos sabemos la historia de Abraham e Isaac. Isaac era el único hijo de Abraham y Sara; era también el hijo que Dios les había prometido tener y el cual habían esperado por años. Sin embargo, un día Dios le ordenó a Abraham que sacrificara a Isaac:

Génesis 22:1-2: “Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.”

Dios sabía muy bien cuánto amaba Abraham a Isaac. Sabía que él era el “hijo que amaba”. Después de todo, había sido Dios quien se lo había dado. Sin embargo, ¿Acaso amó Abraham a Isaac, la bendición de Dios, más que a Dios mismo? Teniendo que escoger entre los dos, ¿qué escogería realmente? ¿Se sometería a Dios, incluso si eso implicara un enorme costo personal? o como Saúl ¿se rebelaría haciendo lo que él quería?

Aplicando esta pregunta a nosotros: ¿Seguimos realmente a Dios porque queremos conocerle y porque queremos estar con él? o ¿le seguimos solo por Sus bendiciones, por los “Isaacs” que nos ha dado? o ¿qué esperamos que nos de? ¿Qué haríamos? si como en el caso de Abraham lo que fuéramos llamados a poner en el altar, fuera la bendición más grande que Dios no haya dado o que esperamos que nos de, cualquier cosa que ésta sea. ¿Lo haríamos? Aunque hay incontables bendiciones del Señor, por supuesto que esas no son el foco de nuestra relación con Él. Más bien, el centro debería ser el conocerlo íntimamente y a su maravilloso Hijo el Señor Jesucristo. Como Pablo dijo:

Filipenses 3:8-15: “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.”

TODO, aun la bendición más grande de este mundo no es más que basura en comparación con la EXCELENCIA del conocimiento del Señor Jesucristo. Regresando a Abraham, veamos lo que hizo finalmente:

Génesis 22:3-10: “Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y volveremos a vosotros. Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos juntos. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. Y cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.”

Adicionalmente, en el capítulo 21 de Génesis, Dios le había indicado a Abraham que en Isaac le sería dada descendencia.  ¿Y entonces…?.  Abraham pudo haber tomado a posición racional y cuestionar la orden de Dios, sin embargo no lo hizo, ¿sabe por qué?.  Por que Abraham creía que Dios era poderoso aun de levantar entre los muertos a Isaac, de donde, en sentido figurado, le volvió a recibir (Heb. 11:18-19)

Abraham siguió exactamente lo que el Señor le había dicho, ciertamente no era lo más grato de esta vida. Él, así como también otros hombres de la Biblia, no eran robots que hacían la voluntad de Dios mecánicamente, sino que eran como nosotros, seres de libre voluntad que por sí mismos escogerían someterse a Dios. Su obediencia no era robótica sino “DE CORAZÓN”. Esa es la única obediencia de la cual habla la Palabra de Dios. Dios no quiere robots, hombres que hagan mecánicamente lo que él dice, sin que pusieran el corazón en ello. Más bien, quiere que la gente LO AME CON TODO SU CORAZÓN, CON TODA SU ALMA, Y CON TODAS SUS FUERZAS (Marcos 12:30). Dios quiere seres de libre voluntad que decidan “DE CORAZÓN” el someterse por sí mismos a Él. Regresando a Abraham, siguió la Palabra de Dios a pesar del hecho de que implicaba la pérdida de su propio hijo. Luego, cuando llegó al punto más crítico, el Señor interfirió:

Génesis 22:11-12, 15-18: “Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único. …Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.”

El propósito de la prueba era el demostrar si Abraham obedecería a Dios, aún si eso implicaba el sacrificio de su bendición. Ambos, Saúl y Abraham fueron bendecidos por Dios. Uno fue hecho el primer rey de Israel, el otro tuvo la promesa de que en su simiente todas las naciones serían bendecidas. Sin embargo, había una gran diferencia entre ellos. La diferencia era que el primero iba tras las bendiciones de Dios, lo cual lo condujo a desobediencia y a su caída. Por otro lado, el último iba tras EL QUE BENDICE, devolviéndole al final a su hijo, junto con la confirmación de las bendiciones para él y su simiente.

Conclusión

Hemos visto en esta tarde la adoración en la perspectiva de la obediencia a Dios. Como dice en Miqueas 6:6-8:

Miqueas 6:6-8: “¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año?  7 ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?  8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios. ”

Todo lo que Dios quiere que hagamos es obrar justamente, amar la misericordia y el caminar humildemente con Él. Humillémonos bajo Su poderosa mano para que Él pueda exaltarnos a su debido tiempo (1 Pedro 5:6). Desobediencia, ya sea haciendo lo que el Señor no ha dicho que hagamos o no haciendo lo que nos ha ordenado hacer, es una acción que no es de Dios, por lo tanto es pecado. No importa lo que hagamos, o las intenciones que podamos tener. Lo que importa es si lo que está hecho viene de la obediencia a Dios, así como el sacrificio de Abraham, o de la desobediencia, así como dijo Saúl del sacrificio que quería hacer.

Solamente cuando quebrantamos nuestra voluntad y estamos dispuestos a obedecer a Dios es que podemos presentarnos ante él y Adorar en espíritu y en verdad.
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