Introducción
¿Ha observado su televisor últimamente? ¿Cuál diría Ud. que es el mensaje central de los noticieros y películas en su TV?. Se los digo en forma rápida: Violencia, Lenguaje Profano, Sexo.
¿Ha observado por un momento la evolución de la música secular? ¿La evolución de la moda? ¿La evolución de los valores de las sociedades?. La música avanza cada vez más en el despertar de los deseos carnales. El estilo del baile y el lenguaje utilizado en las letras de las canciones van siguiendo un objetivo manejado por el príncipe de este mundo: Satanás. La moda va avanzando empecinada en que la mujer debe mostrar cada vez más partes de su cuerpo y su piel desnuda, provocando inmediatamente en la mente de los varones pensamientos lujuriosos. Las sociedades cada vez avanzan más con los antivalores en un enfrentamiento con las instrucciones y la voluntad de Dios manifestada en su Palabra.
Los matrimonios se rompen, las familias se deshacen, las parejas del mismo sexo se multiplican, el matrimonio gay se establece como una ley en nuestras sociedades, y no crea que Honduras está muy lejos de caer en esa situación, las leyes para aprobar el aborto como una decisión libre de la mujer proliferan en nuestros países, yendo en contra del dador de la vida: Dios mismo.
La violencia, los asaltos, los crímenes a la luz pública nos hacen pensar que lo mejor que se puede hacer es estar preparado para defenderse en forma individual y entonces aparecen noticias donde una mujer mata a un asaltante de un bus y desaparece en la multitud y la generalidad de la sociedad se ve aprobando el asesinato que esta mujer realiza.
¿Está la Iglesia libre de estas situaciones?. Cada vez es más difícil encontrar en nuestras iglesias enseñanza bíblica sobre cómo debe ser la conducta del creyente en este escenario. Cada vez estamos encontrando más predicadores que prefieren hablar de un evangelio “ligth” y no nombrar al pecado por su verdadero nombre: PECADO y que el mismo constituye una ofensa contra el Dios Eterno, Creador del universo y de todo lo que existe.
La secularización de la alabanza, de la ofrenda, del culto a Dios, está minando la base de fe y confianza que los creyentes deben de manifestar en su Dios y Salvador.
Llamados a la Santidad
El Señor quiere una iglesia santa y sin mancha, es decir, apartada de la mundanalidad y de todo lo impuro y pecaminoso “para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha” (Efesios 5:26-27). Para un cristiano verdadero no es cosa fácil guardarse en santidad en este mundo seductor y atrayente, lleno de costumbres y placeres pecaminosos, tiene que sobreponerse y luchar constantemente contra las múltiples y diversas tentaciones. Tiene que mantener una constante vigilancia (Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Mateo 26:41).
Ser cristiano no es cosa fácil, sólo se puede ser en el poder del Espíritu de Dios y pagando el precio de la obediencia y el sacrificio. Tiene que negarse a sí mismo: “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.
“Santo”, quiere decir apartado o separado para un servicio especial—separación o apartamiento, con el objeto de vivir para Dios y dedicar la vida a su servicio. Es un principio interior. Es la armoniosa y perfecta combinación de todo, en armonía con la rectitud y buenas cualidades morales y espirituales.
A los cristianos se les llama “santos”, porque están separados para Cristo. “Santo”, en el sentido ordinario cristiano, es aquel que manifiesta en su conducta la pureza interior, la bondad y la consagración a su Salvador; es limpieza de vida.
“Mundo”, significa los intereses y objetos materiales, de los sentidos; significa lo temporal y vano, como riquezas y gloria, honores y placeres; significa lo que aparta o aleja de Dios (Marcos 8:36; Romanos 12:2; 2 Timoteo 4:10; Santiago 4:4; 1 Juan 2:15-17).
El colaborador de Pablo, Demas, se apartó amando más al mundo (Colosenses 4:14; 2 Timoteo 4:10; Filemón 24). “La amistad con el mundo es enemistad con Dios”. Son cosas del mundo: los bailes sensuales, las películas de Hollywood, y los videos sucios; los compromisos y cumplidos sociales, reñidos con la moral cristiana; tomar copas de licor y fumar; jugar a las cartas y a los billares; la lujuria, la pornografía, la impureza moral; las modas reñidas con el pudor, la delicadeza y la dignidad de la mujer, en otras palabras, la desnudez; la pintura, el maquillaje, arreglos extravagantes del cabello, etc. Por otra parte, el dejar de asistir a la iglesia y de cumplir sus más sagrados deberes, por dedicarse a los negocios, por andar en paseos, por asistir a las fiestas y eventos deportivos, salir de paseo, caza y pesca en el día del Señor (Isaías 58:13-14).
El cristiano tiene que ser santo y puro en los pensamientos, palabras, gestos, miradas, hábitos, sentimientos y deseos. “Huye de los deseos juveniles” (2 Timoteo 2:22);
2 Corintios 6:14-18: 14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18 Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
Unidos en el glorioso nombre de Cristo nuestro Redentor, luchemos contra la mundanalidad, para alcanzar el alto propósito de tener una iglesia de vida cristiana que sea un ejemplo a los demás, en pureza, rectitud y gran poder espiritual y moral.
La Escritura nos manda: “Seguid la paz con todos y la santidad sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14). La Biblia nos dice “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo: si alguno ama al mundo, el amor de Dios no está en él…..el mundo pasa y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:15-17). La voluntad de Dios es nuestra santificación (1 Timoteo 4:3-7).
2012 representa la celebración del centenario de esta iglesia local. 100 años de fidelidad de Dios, en los cuales la Iglesia Central Centroamericana Dios es Amor ha estado anunciando el evangelio de salvación y proclamando “Santidad a Jehová” (Exodo 39:30). Esta frase era la inscripción que la mitra del sacerdote llevaba sobre su cabeza. La Iglesia ha sido encomendada a una labor de sacerdocio santo para anunciar el mensaje de salvación a un mundo perdido y en tinieblas. 1 Pedro 2:8-9: “9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”
En este próximo año esta iglesia local entrará en el inicio de la construcción de un nuevo edificio de reuniones. ¡Quiera el Señor que en cada uno de nosotros prive el anhelo de glorificar el Señor y nunca el deseo de llenar un orgullo carnal por este proyecto!. Que el objetivo sea el poder tener un lugar donde el evangelio de salvación se predique, en tiempo y fuera de tiempo!.
De nada serviría tener una grande organización, construir un templo majestuoso, tener un escenario gigantesco alumbrado con luz tenue, un púlpito de cristal si los miembros de esta iglesia local no hacemos honor a la palabra de Dios, estando unidos en los altos principios cristianos que son de superación moral y espiritual.
¡Que no diga el Señor de nuestra iglesia lo que dijo a la iglesia que estaba en Sardis: “Yo conozco tus obras, que tienes nombre que vives y estás muerta” (Apocalipsis 3:1).!
Mi corazón, oh examina hoy (Celebremos su gloria, # 382)